“Sentí como me deslizaba a ese espacio de tranquilidad, de profunda paz, de calma. Sentí como entraba a ese mundo diferente donde todo lo real se aleja hasta desaparecer, donde todo lo que conoces se distorsiona. Sentí como me deslizaba en un sueño profundo. Para mi sorpresa me encontré en un mundo lleno de colores distintos a los que conocía. No se asemejaban a nada. Ni una persona, ni un objeto, ni un paisaje. ¿Dónde me encontraba? Miré más allá. Una profunda oscuridad salpicada de ... ¿De qué? Eran calidez. Eran amor. Eran sueños. Eran luz. Eran amor. Eran vida. Me invitaron a jugar con ellas, bailando en una sinfonía interminable de la más dulce melodía, una danza desconocida que invitaba a ser parte del universo. Me invitaron a volar para conocer su historia. Su pasado y presente alrededor de mi querido planeta tierra, otros mundos y la galaxia entera. Ya cansada me invitaron a flotar en su calidez, donde me cuidaron como si fuera una más de ella. Como si flotara por mi ventan